Thursday, January 15, 2009

¡LAS ALAS TAMBIEN PUEDEN ROMPERSE!




Frágil, la oruga duerme en su árbol de seguridad...
Ha descubierto, en el ceibo, un pequeño espacio en la corteza que la acuna .En las noches tibias o frías, o cuando algún peligro la acecha sabe que dentro de él, nada podrá fragmentarla, pues siente, que la acaricia en silencios compartidos y que ambos se acompañan, día tras día, solitarios, fiándose, escondida en su regazo.
Ella ama ese lugar. Las flores rojas del ceibo, la hacen imaginar unas alas rojas y lumínicas, mezcla de los vuelos de la libélula y el color carmesí de las flores del árbol y jugando, oculta en las oscuridades, se ha calzado mas de una vez, un par de alas imaginarias, fantaseando una elevación sobre la tierra pedregosa, esa misma que le duele, al arrastrarse o solo al moverse un poquito.
Ahí, dentro de su mundo de fantasía., siempre sueña con saber que habrá detrás del gran charco del bosque...
Si al menos tuviera alas…



Los pájaros cantan y aun cuando ella esta ya despierta, sabe que no es momento de salir, porque las aves aun teniendo esencia etérea, pueden hacerle daño ya que acostumbran a comer orugas y espera, tímidamente ,que el sol, entre por los esquinas de su hogar.

Como cada mañana, empieza el día , saludando al ceibo, porque , aunque sabe que el no le responde, la escucha.. Tal y como ella, en las nocturnidades, escucha, desde dentro de él, la eufonía de la savia, recorriéndole interiormente, llenándolo de vida.

Imagina, mientras, se despide, que le contesta en el extraño murmullo que hace con sus hojas perennes y el aire, que, bullicioso, arremete, creando una especie de vibración, que parece música.

Se arrastra. En su corta vida, todo es nuevo y aunque debe hacerlo lentamente, la aparición en su cielo de la libélula, ha creado en ella, un hambre de conocimiento, una obsesión por saber que hay mas allá, llevándola a cuestionarse, las razones de la naturaleza y el extraño mecanismo cíclico, en que en ella todo va ocurriendo.

Se desliza suave, mientras los pedregones le van rasgando la piel y ella evita sentir...
Acostumbra a negarse el dolor, dentro de si, una voz interna le dice que nada es eterno, inclusive este mismo estado.
Y se impulsa…
El hambre a esas horas, es una buena motivación para ir hasta el arbusto de flores lilas.
Si al menos fuera como la libélula., piensa, mirando el cielo azulado, buscando quizás, algún rastro de su anterior descubrimiento….
Se desliza, lentamente…
Ensimismada esta y ve cruzar en el cielo, una extraña criatura oscura volando.
El sonido es estremecedor y se nota tan solidó, en los movimientos, que deduce, debe ser un experto volador.
Y el la mira, apático.
El cielo queda en silencio

Él extraño ser se derrumba frente a ella.
¿Cómo un ser alado puede caer?
Y ahí esta., observando al ser de oscuro aspecto, ante su vulnerabilidad
Hace unos momentos lo vio alado. Y ahora se da cuenta de que tiene las alas rotas.
¡Las alas también se rompen!..
¡Y el tiene las alas rotas!


. Piensa, mientras olvida el tiempo, el árbol de seguridad y que ya cae la noche.

En un arranque de locura ha decidido permanecer junto a ese ser…
Y aprender…